5 de May de 2011



para que algo acontezca no basta un accidente, no es suficiente un muerto, ni dos, ni dos millones. un acontecimiento es un olor que espera que alguien lo respire, una herida que aguarda encarnarse, el agua de un torrente inundando los poros, una mirada que cruza el aire y encuentra a alguien que le hace señas y en la seña, en ella, se reconoce. uno puede negarse al acontecimiento y convertir su historia en un simple resumen de lo ocurrido, pasos que no devienen cruce y se apagan en vida, o se secan. uno puede negarse a saberse en el otro, basta con acercarse a todo con un walkman conectado a la carne, enfundado el cerebro en aquella sustancia impermeable que nos inmuniza, basta con refugiarse en un desmayo a tiempo, en el deseo de amar, u ocultarse en la furia o el número de una cuenta bancaria.

de hecho, lo más frecuente es que llevemos cosida el alma a su forro como los trajes nuevos sus bolsillos, para evitar que se deformen por el peso.

chantal maillard, matar a platón.

26 de noviembre de 2009

je n´ai pas peur

24 de noviembre de 2009

hoy he visto un ataúd. un ataúd marrón brillante sobre seis hombros negros.
las campanas parecían conocer al muerto más, incluso, que los asistentes.
no lloraba nadie.

dorothy gale

14 de noviembre de 2009

llueve.
no deja de llover. el viento lleva más de doce horas azotando mis
ventanas como si en cualquier momento la casa fuera a salir volando y
yo fuera a calzar zapatos rojos sobre baldosas amarillas.

6 de octubre de 2009

«Qué grande es la diferencia entre la esperanza y la expectación. Al principio creía que tenía que ver con el tiempo, que la esperanza era aguardar algo más lejano. Me equivocaba. La expectación pertenece al cuerpo, mientras que la esperanza es del alma. Ésa es la diferencia. Las dos conversan, se animan o se consuelan, pero sueñan cosas distintas. Y he aprendido algo más. La expectación del cuerpo puede durar tanto como cualquier esperanza. Como la del mío, pensando en el tuyo. Expectante.»
John Berger. De A para X.